LAS PEQUEÑAS COSAS QUE FORMAN LA FELICIDAD

El concepto de felicidad va mucho más allá de la definición que puede tener la RAE de esa palabra, es simplemente la idea que cada uno de nosotros tiene respecto de sus sueños, anhelos, metas, propósitos o razón de ser.

 

La idea de las grandes metas que el común de la gente enfoca como alcanzar la felicidad puede probablemente eclipsar o no permitirnos ver que en el proceso hacia ese objetivo hay una serie de circunstancias, situaciones y vivencias que muchas veces etiquetamos como las pequeñas cosas de nuestra vida, pero que en realidad no son tan “pequeñas”.

 

Y es que no es necesario llegar a la meta para ver que la felicidad está en cada uno de esas que consideramos “pequeñas cosas” que conseguimos en la vida, y que si nos damos cuenta son  en realidad las “grandes cosas” que en conjunto le dan sentido a nuestra existencia.

 

El primer beso de amor, los primeros pasos de tu pequeño(a), el primer viaje, la calificación excelente de un examen etc. Son tantas cosas que muchas veces nos olvidamos de disfrutar en el presente por estar concentrados en una gran meta futura que si llega, no será la mayor satisfacción como se piensa, la mayor satisfacción está en el proceso que nos lleva hacia ese objetivo. 

Bailando en el parque

Es decir, la verdadera felicidad la vamos conociendo poco a poco en el camino que atravesamos para llegar a dicha meta. Acaso, no es una gran felicidad cada barrera que somos capaces de derribar en cada paso. Claro que sí, son grandes victorias.

 

Por ello, humildemente podemos recomendar que si desea ser feliz, piense más en el presente y vívalo intensamente.

 

En todo caso, recuerde de sus experiencias del pasado, los momentos más felices y que eso sirva para impulsar sus energías y elevar sus pensamientos por todo lo alto y aplicarlos a su vida actual.

 

Sin embargo, no se debe quedar estancado en el pasado, igualmente piense en el futuro con la confianza en que su intención o deseo se verán plasmados en la realidad. No obstante, no se proyecte tanto como para perder de vista, el aquí y ahora, que es lo importante.

Así pues, es el presente lo que cuenta, es el ahora lo que hay que trabajar y disfrutar con paciencia y perseverancia. Cada día, cada hora y cada minuto debe ser aprovechado al máximo, agradeciendo a Dios por todo lo que nos ha dado, por la Existencia, por la bendición de poder respirar el aire puro y gozar de la incomparable compañía de los seres amados, incluidos nuestros pequeños amigos, las mascotas que también son parte de nuestra felicidad.

 

Finalmente, recordemos que las pequeñas cosas que forman su felicidad parten de los pensamientos sanos, de ellos se siembra el camino y con el tiempo se va cosechando los símbolos de la prosperidad y felicidad.

 

La felicidad no se busca, viene a nosotros si desarrollamos en nuestra mente los pensamientos sanos que nos permiten el equilibrio y la serenidad, bases fundamentales de una actitud mental positiva respecto de la vida.

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