EL LIDERAZGO POTENCIADO


 

 

 

Cuando hablamos de liderazgo, muchas veces se continúa pensando en el esquema tradicional con enfoque vertical, donde viene a ser el líder quien conduce y los subordinados solo siguen instrucciones. No se puede tratar a todas las personas como iguales y pensar que un esquema único puede funcionar para todos ellos. No funciona un único modelo de liderazgo para todos y esto se aplica al terreno de la administración. Los gerentes y los líderes deben tener un marco con el cual deban manejar a sus trabajadores y el mismo no puede ser homogéneo, sino que debe de adaptarse a distintos tipos de personas que conforman los equipos de trabajo.

 

 

En este sentido, el liderazgo potenciado o empoderado contribuye precisamente a esto, ya que comparte el poder entre la dirección  y los trabajadores, fortaleciendo así ambos grupos. Por lo general, se piensa que cuando los gerentes distribuyen el poder entre quienes están en menor jerarquía, entonces perderían parte de ese mismo poder. Sin embargo, esto no es así, ya que cuando renuncian a parte de ese poder compartiéndolo o dándolo a sus empleados, en realidad ganan.

 

 

Piénsalo. Cuando la gente gobierna con mano de hierro,de forma autoritaria, por lo general inculcan miedo en aquellos que trabajan para ellos. Ahora,  responde esta pregunta, ¿haces tu mejor trabajo cuando tienes miedo?,  si te pones a pensar, nadie en una situación de miedo rinde de mejor manera ni hará su mejor trabajo. Cuando los líderes buscan que a través del miedo sus subordinados rindan mejor, a la larga los empleados buscarán evitar consecuencias negativas, pero no harán su mejor trabajo. Lo que un jefe autoritario logra generando miedo es que se cumplan plazos y metas, pero solo eso. Si solo se aspira al cumplimiento, quizás funcione este tipo de liderazgo, pero si se busca algo más, como el pleno potencial del equipo de trabajo, la innovación, la creatividad y buenas ideas, esta no es la mejor manera.

 

La persona que trabaja bajo el miedo, se quejará, se lamentará y reprimirá todas sus expresiones creativas, buscando encontrar alguna oportunidad para escapar de aquel lugar donde solo siente presión y temor de sus líderes. El trabajador no tendrá una opinión favorable de su empleador y se formarán bandos al interior de la organización, de los empleadores versus los trabajadores. 

 

Cuando los líderes y los gerentes buscan empoderar a sus trabajadores, ganarán su lealtad. Los trabajadores quieren dar a su empleador lo mejor de sí mismos cuando son escuchados y respetados. Sin miedo, sus mentes pueden ser creativas e innovadoras.

 

Cuando los gerentes están dispuestos a dar espacios a las solicitudes de sus trabajadores y no presionan con la entrega de productos o servicios, entonces sus empleados estarán seguros de buscar ofrecer lo mejor de sí mismos a cambio. Cuando el empleador delega poder a sus trabajadores, recibe lo mismo a cambio, hasta mucho más, de parte de ellos.

 

Sin embargo, esta delegación de poder debe ser concreta, sin que implique debilidad de parte del empleador y en consecuencia, pérdida de respeto. Cuando se menciona sobre delegar poder a los trabajadores, no está relacionado a que los mismos abusen de esta posición y por ello, terminen considerándose merecedores de "todo", ya que nunca estarán satisfechos y siempre pedirán más de lo que tienen, que a la larga afectará a la organización y a su productividad. 

 

Como líder y gerente, siempre debes mantener la valla alta en cuanto a nivel de exigencia a tus trabajadores, esperando grandes logros de cada uno de ellos. Si esperas mediocridad, eso es lo que obtendrás. Por ello, es importante establecer estándares concretos sobre el rendimiento de tus trabajadores y evaluar sobre esta base. 

 

En este marco, en tu negocio debes contar con metas de producción concretas que estés buscando cumplir, sea en productos o servicios. Intenta que hayan reuniones con los equipos de trabajo periódicamente para evaluar metas y plazos, propiciando la mejora continua.  Sin embargo, la búsqueda de la producción óptima no debe ir sin considerar el capital humano, recuerda, trabajas con personas y no con máquinas. 

 

Recuerda esto, trabajas con personas, y si no lo consideras así, tendrás trabajadores resentidos, enojados y poco identificados con la organización. Al mismo tiempo, si los jefes son demasiado permisivos, tendrás empleados irresponsables, que no cumplen objetivos, y que se aprovechan demasiado de la buena voluntad de sus empleadores. 

 

Liderar equipos de trabajo es un aprendizaje continuo y requiere un análisis exhaustivo de como impacta nuestro accionar en el equipo, ya que hay una línea muy fina entre las relaciones personales y los objetivos de producción, si tomas en cuenta esto y vas paso a paso implementando acciones, estarás empoderando a tus trabajadores y mejorando significativamente el rendimiento de tu negocio.