La pobreza puede ser un estado de la mente, es posible que te estén faltando cosas en la vida, pero mentalizarse de que se es pobre, mantendrá al cerebro programado en modo pobreza. La falta de prosperidad comienza en la mentalidad.

Factores fundamentales

El primer factor es el orden, la naturaleza no funciona en desorden, muestra de ello es que cuando se desordena su equilibrio, lo que ocurren son catástrofes, desastres y caos. No obstante, esos acontecimientos le sirven a la naturaleza para reorganizarse y reestructurar todo aquello que le desequilibra. Pero eso ya es un asunto más complicado de explicar.

Ponle orden a tu vida, comienza por organizar tu ambiente, desde lo más cercano a tu entorno, tu habitación, tu closet, tu ropa, saber dónde está cada cosa y qué cosas tienes, dónde encontrarlas y cuánto tardarás en hallar algo cuando lo buscas, te ayuda a administrar el tiempo, forma parte del tiempo que te dedicas a ti mismo, te ayuda a sentirte bien porque en un lugar ordenado existe la tranquilidad. Ese orden no es solo en lo que tienes en casa, también entra en el ámbito de las finanzas, de las cuentas, la documentación, las tareas. 

Saber con qué se cuenta

Honra tus deudas, administra tus bienes y revisa que lo que adquieras tenga un fin, no compres lo que no necesitas, porque desordenas tus finanzas. Cuídate de las fugas de capital propio, así como pierdes dinero, también pierdes energía y eso también desordena tu modo de vida, lo desequilibra. Lo que te ganas, debe ser útil, cada centavo, cada migaja de polvo que generas, tiene que ser por un fin, para hacer algo con ello. Ese orden te sirve para saber con qué cuentas y cuando lo necesitas lo tendrás. Si debes algo, piensa en cómo pagarlo, es mejor planificar como cancelar, que esperar a que te llegue el cobro.