Cuando hablamos de zona de confort nos encontramos con un pequeño problema contradictorio. Desde diversos ángulos es bueno que cada persona tenga lo que es llamado zona de confort, es decir, un lugar no siempre físico sino más que todo un estado mental donde el individuo se siente cómodo, conoce a las personas, las situaciones y las emociones que experimentará. Muchos expertos consideran esto una “zona de ansiedad controlada”, o un lugar donde la persona se refugia para buscar escapar de la realidad cuando esta no es buena. Es buena en ciertos casos, pero llega un momento donde abandonar tu zona de confort será necesario para poder crecer como persona.
¿Cuándo se debe abandonar la zona de confort?
Cómo arriba se mencionó, refugiarse de vez en cuando en la zona de confort no es malo. Puede servir para afrontar situaciones de ansiedad o depresión. Lo malo comienza cuando la persona elige quedarse en la zona de confort más tiempo de lo necesario para evitar sentirse herido nuevamente. Es preciso destacar que cuando se toma este estado, es difícil seguir creciendo personalmente.
En la zona de confort no hay retos, y es bien sabido que los retos en la vida son los que ayudan a alcanzar mayores niveles de madurez y enseñan cómo afrontar las diversas situaciones que se presentan. Es por esto que abandonar tu zona de confort es tan importante. En muchos casos, las personas se sumen de tal manera en su zona de confort que se niegan a conocer nuevas personas o visitar nuevos lugares, creando un estado de dependencia a lo que conocen y creando así un caparazón que solo permite lo que la persona cree que no le lastimará. Lo que no saben es que esta dependencia resulta mucho peor.
Abandonar tu zona de confort no es tan difícil
Lo primero que deberás hacer para abandonar tu zona de confort es entender que nada bueno conseguirás al hundirte ahí. Solo conseguirás convertirte en un ermitaño temeroso de la realidad. Comienza abriendo tu mente a las posibilidades que brinda la vida. Aprende que el dolor es parte de vivir y abre tus horizontes. Esta es la llave para un mundo nuevo de cosas por descubrir.
Aunque no siempre las cosas salgan de la manera que esperas, siempre habrá una lección por aprender. De seguro descubrirás muchas cosas al salir a explorar la vida. Conoce nuevas personas y visita nuevos lugares, ¡Atrévete a vivir!
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