La depresión es un estado de total indefensión emocional, que sumerge al ser humano en círculo vicioso de actitudes autodestructivas, que no puede remediar de forma rápida. No todos los estados prolongados de alteración emocional se refieren a la depresión. En ocasiones escuchamos: “eso que tienes no es depresión, solo tristeza”; sin embargo, esta apreciación no da respuesta a ese constante estado de decaimiento. Si te sientes así, es hora de que conozcas la distimia.

La distimia es un profundo decaimiento en el ánimo y en la iniciativa de realizar hasta las actividades más simples. Es una especie de depresión leve, pero que tiende a prolongarse por años si no se ataca a tiempo. Las personas que tienen distimia creen que su valor es poco, se alejan de la interacción social por incomodidad y baja autoestima, les cuesta realizar cualquier tarea y generalmente se sienten cansados.

¿Cómo superarla?

La superación de la distimia es un proceso necesario, porque esta trae consigo, problemas en el ámbito profesional, social y psicológico y presenta el riesgo de convertirse en una depresión grave. Su tratamiento no es fácil ni sencillo, requiere del fortalecimiento de la autoestima, para recuperar la calidad de vida y el interés por las cosas.

Lo primero para la superación de este padecimiento, es conversar sobre él y reconocerlo. Aprender y estudiar sus síntomas y consecuencias en la salud del individuo.

Lo segundo es, desahogarse y compartir las inquietudes y efectos con un terapeuta, o alguien cercano de extrema confianza. A pesar de poder superarlo, en parte por cuenta propia, es necesario asistir a una asesoría profesional para mejores resultados.

El tratamiento depende de cada persona, lo que funciona para uno puede no funcionar para otro. No te desesperes, no tiene resultados inmediatos y no es tarea fácil, pero haciendo tu mayor esfuerzo, sin saltarte ningún paso podrás superarlo.