Desde el momento en que nacemos formamos parte de un grupo, el cual tendrá un papel preponderante en nuestro desarrollo personal como individuos, profesionales y en nuestra estructura de valores. A este primer grupo lo llamamos familia, pero mientras crecemos nos vamos anexando y separando a otros grupos.
Para entender en su totalidad lo que esto significa hay primero que conceptualizar términos tan importantes como lo son: desarrollo personal, grupos y piscología de grupos.
El desarrollo personal viene a ser una serie de cambios sistemáticos en la conducta y el comportamiento del individuo para maximizar sus habilidades sociales, laborales y personales.
En pocas palabras, es una filosofía de vida que busca que la persona entre en un estado de satisfacción en lo referente a la forma con que se relaciona consigo mismo y con su entorno, lo cual, por agregación, lo hace más eficiente y productivo en sus responsabilidades sociales.
Por su parte, un grupo es, según lo definen los sociólogos, varios individuos aglomeradas en un espacio común, relacionadas entre sí y que interactúan bajo una estructura de roles predeterminados y que persiguen un fin común, el cual, por norma general, satisface una necesidad colectiva.
Los ejemplos más universales de grupo vendrían a ser: la familia, las empresas y las iglesias de diferentes credos. Cada uno de estos grupos buscan un bien común, ya sea emocional, material o espiritual, y se basan en una jerarquía, que de una u otra forma, deja claro qué rol desempeña cada uno de sus componentes.
Ahora bien, estos grupos atienden a una serie de convenciones y conductas que se estudian en la denominada piscología de grupos. Siendo una estructura formada por personas, el grupo mismo se convierte en un organismo que no necesariamente actúa de acuerdo a las previsiones de sus integrantes.
Los grupos operan otorgando roles que determinan las funciones y tareas a cada uno de sus integrantes, los cuales son organizados por el líder: el encargado de guiar las actividades del grupo, pautar normas de convivencia y mediar en los conflictos que puedan surgir.
Este tipo de líderes se dividen por la forma en que obtienen su influencia en el grupo: quienes lo consiguen gracias a la función que desempeñan, ya sea porque lo eligieron o se le designó para una tarea en concreto (los Presidentes de los países y jefes de las empresas vendrían a ser los casos más representa), y quienes obtienen su liderazgo por sus propias cualidades personales o su experticia en un tema determinado.
Este último grupo tienden a generar confianza y autoridad en los demás miembros del grupo, por ejemplo, un gerente en una empresa puede tener mayor liderazgo que el propio dueño de la empresa.
Y es por esto que el desarrollo personal es vital para el grupo en concreto y la forma en que se relaciona: de hecho, las relaciones humanas se mantienen en constante evolución, por lo cual el incremento de las cualidades de comunicación y profesionales puede convertirte en una valioso activo para el conglomerado y puedes llegar hasta desempeñar roles de liderazgo dentro del mismo.
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