EN SINTONIA CON EL UNIVERSO


Las fuerzas mágicas del Universo están a nuestro alcance, están presentes siempre en tanto tengamos una disposición al cambio positivo.

  

 

Esta energía mágica viene a nosotros cuando anteponemos lo espiritual a lo material y nos ayuda cuando somos perseverantes, nos premia con milagros cuando dicha perseverancia se ha convertido en fe. Nadie como Wayne Dyer, autor de “zonas erróneas”“zonas mágicas”, para describir de forma adecuada lo que mencionamos. Dyer dice:

 

 

"En un Universo en que el tiempo no existe, Ud. puede encontrarse con cualquier cosa que desee. La oportunidad de hacer que el pensamiento se convierta en realidad física depende de Ud. La energía es la sustancia del Universo y los pensamientos forman parte de esa sustancia. Cuando Ud. piensa en algo que le gustaría que le sucediera, la clave consiste en sintonizar las dos frecuencias para que todo se convierta en realidad"

 

 

 

La Naturaleza es sabia, si uno es capaz de comprender, y más aún asimilar cómo funcionan las Leyes de la naturaleza, uno será capaz de convertir esos pensamientos que ahora parecen lejanos, en una verdad absoluta.

 

Ver realizados nuestros sueños tiene que ver de todos modos con nuestro acercamiento al lado espiritual, sólo así se tendrá armonía, amor, prosperidad, y todo lo que deseemos.

Callar para dejar que aflore nuestra voz interior, de esta idea se desprende la importancia que tiene la meditación. Desvincularnos del entorno aplacando todo el ruido del entorno, eso es fundamental para llegar hasta nuestro nivel de conciencia superior. Medite como desee, aun cuando lo ideal es estar echado con los ojos cerrados, pero si Ud. consigue de otra forma reducir la turbulencia de su mente, hágalo.

  

Es válido que medite como se le ocurra, lo que cuenta es que si se libera de la turbulencia mental se nutrirá de pensamientos sanos, la meditación es el  medio para que percibamos cada momento como mágico. La práctica de la meditación constante nos produce gozar cada vez más de ese encanto que nos proporcionan los momentos del silencio, allí en el silencio nuestras visiones y sueños se clarifican, se empiezan a ver como realizables. En verdad, es allí donde los sueños se engendran y comienzan a cobran vida.

  

Las leyes que han determinado la existencia del ser humano, de los cerros, de los mares, las estrellas, las galaxias, esas mismas leyes funcionan para ver realizados nuestros deseos, la comprensión de estas leyes nos acercará al éxito.

 

Estas leyes espirituales han sido expuestas por un sinnúmero de pensadores que las han interpretado de infinidad de formas. Ud. interprétela a su particular manera, puede que descubra que son cuatro, siete o trece las leyes, si es así aplíquelas a su vida para lograr sus objetivos, desarrollar su mente y elevarse al nivel más alto de entendimiento. Quizás con el tiempo se dará cuenta que se trata de una sola ley: La gran Ley espiritual del Universo.

 

Las leyes del Universo han estado siempre a nuestro alcance, nuestro medio ambiente tan turbulento con el ruido constante de personas, objetos o medios de comunicación, han bombardeado nuestra quietud hasta acostumbrarnos a dicho ruido, y lo peor de todo hasta impedirnos escuchar esa voz interior que clama por ser escuchada, esa voz que es la voz de nuestra alma y que justamente nos puede conectar con las leyes mencionadas.  ¿Pero cómo se puede llegar a nuestra alma, yo interior, yo espiritual o como quiera llamarle? Los gurús, sabios y estudiosos de las distintas religiones coinciden en que una de las formas de llegar allí es a través del silencio.

 

El silencio es el medio más eficaz de conectarnos con la unidad de todas las cosas  que es universo infinito el cual nos abarca en pequeño, ese universo en nosotros es la divinidad y en él están todas las respuestas y todas las posibilidades de  realización de nuestros deseos.

Cuando el Universo está en armonía con nosotros, las leyes espirituales se comienzan a manifestar, pasamos de la realidad de lo que “no es” a lo que “es”. Comienzan a suceder hechos extraordinarios y uno se empieza sentir cada vez más vital por las mañanas, con una energía distinta y renovada. Esas son señales de que se está cada día más en consonancia con el Universo.

 

Para atraer toda esa dicha, aparte del silencio debemos comprometernos a adquirir ciertos hábitos, un hábito sano es el de aceptar las cosas tal como son, no critiquemos, ni juzguemos a nada ni a nadie que esté a nuestro alrededor. Todas las cosas son cómo deben ser, incluso no debemos ser tan estrictos con nosotros mismos. Apuntemos nuestros errores, y corrijamos lo hecho pero no perdamos el tiempo en autocriticarnos, eso solo hace que desgastemos energía que va a ser tan necesaria en nuestro quizás largo pero grato camino por recorrer.

 

 

MARDAM

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