Si nos hemos decidido a incursionar en el campo de lo espiritual necesariamente tendremos que pasar por la lectura de muchos libros antiguos entre los que no pueden faltar los temas y conceptos de las religiones del oriente, el judaísmo, el budismo, el hinduismo, etc.
Hay mucha gente de esas tierras orientales con gran sabiduría; es importante recoger lo mejor de sus mensajes, de sus experiencias, pues ellos han alcanzado un nivel de conocimiento tan alto como inexplicable, pero que fueron la clave para cambiar sus vidas, vidas que se han dedicado a compartir sus riquezas espirituales con otros que lo necesitan.
Por ejemplo, no obstante en esas tierras aún existe mucha pobreza y desigualdad, la India es un país que tiene una cultura de gran riqueza espiritual, muchos sabios como el Paramahansa Yogananda en obras como “El Bhagavad-Guita” han sabido contribuir con un legado valiosísimo lleno de mensajes de bondad y solidaridad.
Eso sí, si queremos deglutir correctamente esos conceptos de las religiones orientales, debemos buscar y seleccionar los textos adecuados, y luego traducirlos y adaptarlos a nuestro esquema inevitablemente occidental. Y no importa mucho si no memorizamos del todo los distintos nombres que se dan a las divinidades en dichas religiones, lo importante es captar el mensaje de lo que significa el conocimiento de sí mismo a través de la meditación y la contemplación, así como tomar conciencia de la belleza y nobleza de nuestra alma y en general todo lo que nos puede proporcionar un nuevo enfoque espiritual.
Así pues, los mensajes espirituales de las religiones orientales cada uno con sus particularidades, nos muestran un lado común: la búsqueda de nuestra razón de ser y el acercamiento a Dios a través del conocimiento interior. Como lo señala en sus textos el propio Paramahansa Yogananda ingresando al campo espiritual hallaremos esa luz que iluminará con amor nuestra propia vida y la de los demás.
Mardam
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