El médico alemán Friedrich Franz Anton Mesmer (1733-1815) describía el “Magnetismo animal” como un principio que actúa sobre los nervios.
Sostenía que en todo el cuerpo viviente existe un fluido magnético en el cual circula una fuerza especial animando tanto al mundo orgánico como al inorgánico.
Las personas dotadas de un poderoso espíritu vital pueden ayudar a los necesitados, utilizando la imposición de las manos a fin de que las ondas emanen de la punta de los dedos o guiando la energía con una varilla de hierro. Ese espíritu vital lo llamó magnetismo animal.
Mesmer fue miembro de la comunidad Fraterlucis y creó en 1872, en Francia, un rito denominado de la “Armonía Universal”.
Los primeros procedimientos de Mesmer consistían en encerrar al sujeto en un cuarto silencioso y débilmente iluminado. Colocaba el paciente sentado cómodamente frente a él y tomaba sus manos, estableciendo durante unos minutos un contacto de las yemas de los dedos pulgares.
Después llevaba sus manos al pecho de los enfermos y las descendía lentamente hasta el epigastrio, región donde se detenía buscando con una imposición manual prolongada el enviar una fuerte corriente magnética a los ganglios nerviosos del plexo solar.
El Magnetismo animal puede ser comunicado a cuerpos animados e inanimados en diferentes grados. Además presenta estas características:
-Penetra todos los cuerpos.
-Puede operar a distancia.
-Puede reflejarse como luz.
-Es fortalecido por el sonido.
-Puede ser acumulado y transportado.
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