La impresionabilidad es algo innato en los seres humanos, sin embargo cuando llega el caso de que no somos capaces de elegir el objeto de nuestra atención sino que las imágenes externas nos son impuestas y entran en nuestro subconsciente muchas veces sin permiso, es allí entonces que debemos preocuparnos porque nuestras reacciones no están siendo controladas por nosotros mismos, es más muchas veces no nos damos cuenta que respondemos a estímulos mecánicamente simplemente porque nos hemos acostumbrado a ello y no porque conscientemente lo hayamos decidido.
Los niños que poco a poco empiezan a conocer el mundo que los rodea tienen una gran capacidad de admiración por todo lo que ven y escuchan, en los niños eso está muy bien porque ellos están en proceso de aprendizaje. Esa admiración de los niños por su entorno se convierte en impresionabilidad pero es una impresionabilidad sana porque es una búsqueda natural por saber cosas, por entenderlas, por desarrollar y estimular sus sentidos, en los niños repetimos eso en la justa medida está bien, y es labor de los padres y educadores guiarlos y explicarles como es el mundo en función del nivel de entendimiento del niño.
Empero, cuando ya se es adulto y se tiene una impresionabilidad que rebasa la natural admiración que se puede tener por la Naturaleza, la gente, los inventos, los paisajes, etc. Se entra en un camino que hace imposible acceder a los poderes latentes de la mente.
Eso se da porque la excesiva impresionabilidad resta energía a las personas y les hace perder su independencia mental. Se está en una situación en la que la persona no elige que le gusta y que no, sino que está sujeta a lo que más impresione sus sentidos que es algo que por supuesto no está bajo su control.
Si un hombre ve a una chica que le parece bella sea en persona, por la Tv o alguna revista, lo natural es que le guste esa chica. Pero en la mayoría de casos no se trata simplemente de que uno haya elegido que esa chica le gustó, eso normalmente va más allá , hay una idea de impresionabilidad asociada al EMS (Esquema mental de la sociedad) que hace que automáticamente reaccionemos con asombro ante alguien con quien posiblemente no hayamos cruzado palabra ni conozcamos sus costumbres. La impresionabilidad es propia de las personas que se identifican en demasía con su yo físico antes que su yo espiritual.
Siendo así, como se podría hablar de una persona que puede desarrollar su mente, si ni siquiera es conciente de que es impresionable, y menos está enterada de que eso es un impedimento para alcanzar sus poderes latentes.
Uno puede admirar las estrellas titilando, el cielo colorido de un atardecer, los majestuosos cerros, la fragancia delicada de las hierbas, el jugueteo de los animales y el encanto de los seres humanos. Pero siendo adulto y ya en un proceso de crecimiento y desarrollo mental y además ya conociendo el mundo que nos rodea no debe pasarse de la sana admiración a la impresionabilidad, porque de personas inteligentes que saben disfrutar de la naturaleza podríamos pasar a ser simples bobalicones que se quedan anonadados por cualquier cosa que ven.
Sea Ud. quien elija lo que va a admirar, sea Ud. quien elija lo que le va a gustar. Aprenda a tomar sus decisiones concientemente, no deje que sus sentidos se desborden según los parámetros del mencionado EMS.
En realidad, lo único de lo que debemos impresionarnos es de Dios y de la parte de él que nos toca dentro que es energía espiritual y no física. Lo demás son cosas que podemos concebir si aprendemos a tener una mente abierta. Acostumbrémonos pues a que las cosas del mundo nos gusten porque así lo hemos elegido y no porque nos impresionen. Además mientras menos nos impresionemos de las cosas del mundo físico más preparados estaremos para afrontar los retos que se nos van a presentar por delante, y entendiendo eso por supuesto estaremos en mejores condiciones de entrar en la realidad mágica que representa “el enfoque correcto”.
Escribir comentario