Un hombre o una mujer que busca desarrollarse sanamente debe poseer principios o ideales que moderen sus actos e identifiquen su auténtica disposición al progreso mental y espiritual.
En este punto debemos recordar lo que dijo el gran médico, filósofo y escritor argentino de principios del siglo XX, José Ingenieros, en su gran libro “el hombre mediocre”:
“Sin ideales sería inexplicable la evolución humana. Los hubo y los habrá siempre. Palpitan detrás de todo esfuerzo magnífico realizado por un hombre o por un pueblo. Son faros sucesivos en la evolución mental de los individuos y de las razas. La imaginación los enciende sobrepasando continuamente a la experiencia, anticipándose a sus resultados”.
En el camino del desarrollo mental y espiritual Ud. se encontrará con pequeñas victorias, felicítese por ello moderadamente, pero dentro de sus principios e ideales mantenga la humildad que debe ser un valor o virtud fundamental para usted, en realidad mientras va avanzando se dará cuenta que de esa forma puede conseguir cosas más grandes, independientemente del objetivo principal que haya escogido.
Basta ya de pertenecer al rebaño, procure elevarse hasta el nivel más alto, respete a los demás pero busque distinguirse y mostrarse a sí mismo que Ud. posee una personalidad incomparable. Claro, guarde esa idea en Ud. no se la diga a nadie.
Recuerde lo que dijo el mismo José Ingenieros respecto del ser humano superior:
“El hombre superior es un accidente provechoso para la evolución humana. Es original e imaginativo, desadaptándose del medio social en la medida de su propia variación. Este se sobrepone a atributos hereditarios del “alma de la especie” y a las adquisiciones imitativas del “alma de la sociedad”. Es precursor de nuevas formas de perfección”
MARDAM
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TANYA SAUMET (lunes, 25 noviembre 2013 08:18)
Muy buena enseñanza y de gran valor.........no podemos ser simples mediocres...................