El camino hacia una actitud mental positiva se inicia mediante una buena disposición al cambio.
Luego de ello se debe empezar un plan de auto programación mental que implica dejar atrás viejos hábitos negativos que deben ser reemplazados por otros que nos permitan desarrollarnos emocional y espiritualmente.
La técnica que se utilizará es la autosugestión, según el plan de objetivos fijados previamente se debe tener en la mente un conjunto de pensamientos prioritarios que nos permitan ir por el camino correcto de una manera óptima y sostenida.
Esto es una labor de perseverancia que requiere la búsqueda de continuos estímulos para contrarrestar errores, deslices o tropezones que nos puedan impedir seguir adelante.
Conforme uno vaya adquiriendo dicha actitud cada vez se necesitarán estímulos más pequeños hasta que llegue el momento en que esa condición de positivismo nos permita no necesitar ninguno y disfrutemos de cada cosa que hagamos.
Algo muy importante que debe ser sugerido y decretado en la mente subconsciente o inconsciente tanto como los objetivos que se deseen, es el convencimiento de que el cambio a una persona con actitud mental positiva es beneficioso en todo los sentidos.
Se debe recordar y asumir que una persona con pensamientos positivos es un ser humano más optimista, y por lo tanto toma la vida con más alegría y ganas de superación.
En esa mente interior que capta todo se debe auto convencerse de que una actitud mental positiva permite también que el cuerpo físico sea más inmune y resistente a las enfermedades. Cuando pensamos “bien”, nuestro cuerpo se relaja y nuestras funciones orgánicas trabajan en un nivel óptimo.
Una mentalidad positiva permite sacar del subconsciente el genio creador que tenemos dentro y las ideas brillantes empiezan a aflorar espontáneamente. Además un pensamiento positivo firmemente implantado, nos hace sentir realmente poderosos, nos convence de que somos capaces de lograr todos nuestros objetivos.
Las ideas positivas nos permiten entrar en el mundo supra-racional, y descubrir misterios ocultos en nuestra mente que antes ignorábamos. Asimismo el poder de un pensamiento, permite desarrollar una gran cantidad de energía positiva que puede ser utilizada en lo que nosotros queramos.
Una mente positiva es capaz de fijarse metas altas y conseguirlas, metas que en otro tiempo parecían imposibles siquiera de concebir. Por lo tanto una mente positiva puede hacer realidad en el mundo material y exterior lo que previamente se ha concebido en el mundo mental, espiritual o interior.
MARDAM