A la providencia se le puede definir como el conjunto de las fuerzas del Universo disponiendo todo lo necesario para que logremos el tesoro que hemos elegido. El tesoro, es el objetivo principal que debemos alcanzar y es el buen pretexto para recorrer un camino que es todo un proceso lleno de experiencias y descubrimientos que es lo que realmente nos va a dar la luz sobre nuestra razón de ser y la felicidad.
Esa providencia aparecerá en nuestras vidas, cuando hayamos demostrado que estamos "preparados", es el premio cuando la convicción por conseguir nuestros sueños sea algo
irreversible.
Alain Houel en su libro EL TRATADO DE MELQUISEDEC lo expresa así:
Hay una primera condición para que puedas
beneficiarte de todas las ayudas que el Universo te
envía: es la de implicarte irremediablemente en tu
búsqueda.
Implicarse irremediablemente significa crear una
situación irreversible. Si no es irreversible,
tienes siempre la posibilidad de volver a tu estado
anterior. Una parte de tu energía te tira hacia
delante, hacia tu visión, mientras que otra parte te
tira hacia atrás.
Cuando hayas dado el
paso, definitivamente, en tu
apuesta, habiendo abandonado toda posibilidad de
retorno, la Providencia te acompañará.
Muchas veces se te ha dicho que la Providencia
vendrá en tu ayuda. Pero, ¿Qué es la Providencia, y
cómo ayudarla?.
La primera verdad al respecto es que, creando una
visión ilusoria de tu situación actual, te inventas
un detestable problema. Mientras que si deseas esta
visión, más que a toda otra cosa, tu situación
presente deviene insoportable.
La buena nueva es que esta distancia entre tu
realidad y tu sueño provoca una tensión en ti que va
a estimular tu energía y tu creatividad más allá de
todo lo que tu pudieras imaginar. Por el hecho de
esta inconformidad, de esta extensión, vas a
encontrar en ti recursos que de otro modo no
hubieras incluso supuesto.
Esta Providencia, serás tú quien la cree tanto que
sabrás mantenerte en estado de “falta” hacia lo que
constituye el objetivo de tu existencia.
Hay otra manifestación de la Providencia que es más
misteriosa. Es, por ejemplo, la persona que no tiene
ni un céntimo para financiar el viaje con el que
sueña y que encuentra un bote lleno de piezas de
plata enterrado en su jardín.
Ya se te ha dicho que es indispensable escribir tus
objetivos, ilustrarlos con imágenes, nutrirlos con
toda la fuerza de tu imaginación.
Un efecto de esta imagen mental es poner en curso
las energías que trabajan para ti y de las cuales tu
no puedes saber cuándo ellas te aportarán el
empujoncito decisivo.
Sobre la tierra, ninguna creación humana que no haya
sido creada dos veces puede existir: la primera en
la imaginación de alguien, la segunda en el mundo
físico.
Tú no puedes saber desde antes, cuánto tiempo y
cuánto trabajo va a demandar la realización de tu
visión. No lo sabrás sino cuando la hayas logrado.
Lo que es seguro, es que debes estar listo manteniendo
tu esfuerzo, cualquiera que sea pues la Providencia a
veces permite que un proyecto sea realizado en poco
tiempo y con un esfuerzo como “de milagro".
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