EL VALOR DEL SILENCIO


Los muchos problemas y complicaciones que los seres humanos tenemos en la vida, están rodeados por lo general de un entorno de mucho ruido.

 

Como es lógico esto se da principalmente en las ciudades, esa bulla nos acompaña la mayor parte del día entre el ruido de la calle, los medios de comunicación, la familia, el ámbito laboral, etc.

 

 


Esa bulla que a diario nos acompaña por lo general se minimiza cuando vamos a dormir, pero toda la turbulencia del día ya ha dañado nuestra tranquilidad, la mente sólo busca el alivio, no hay lugar ya por lo general para que la conciencia aprecie el valor de un concepto tan importante para el ser humano como lo es, el silencio. Ya en la hora del sueño, lo que importa para la gente es entrar en ese estado onírico que nos da el descanso al cuerpo y la mente.


El silencio consciente tiene un gran valor, el silencio aplaca nuestros ímpetus, acaba de golpe con discusiones innecesarias, evita que como bola de nieve crezcan los conflictos, es muchas veces la solución a verdaderos dramas.

Guardar silencio, aplaca tu ira, te tranquiliza, esclarece tu mente y enfocas con más lucidez la consecuencia de cada uno de tus actos. El silencio es el elemento fundamental para que la mente analice los problemas y busque la solución a ellos . Es por ello que se puede decir que el silencio es el principio fundamental de la meditación.


De la práctica de ese silencio se puede llegar también a obtener algo fundamental para ser felices: es el acceso a nuestro yo interior, allí donde está contenido lo màs esencial de nosotros, lo más puro y creativo de nuestro ser. A ese yo superior que muchos llaman "alma" y que sólo se puede llegar a traves de esa mente consciente silenciosa dispuesta a atenuar los efectos de la turbulencia cotidiana.


Para aprender el valor del silencio, se debe desandar ese acostumbramiento al ruido. Se sabe que no es una tarea fácil, es una cuestion de cambio de hábitos, de estudio y perseverancia, pero es una labor necesaria para hallar la tranquilidad.


El silencio además junto al tiempo es una excelente cura para las heridas del alma. Allí donde ese sufrimiento parece interminable, el silencio prepara el camino para la reflexión, el análisis inteligente y el enfoque correcto para una vida con paz mental.

MARDAM

http://mentefilosofica.blogspot.com/

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