LA NECESIDAD FRENTE A LA DIGNIDAD


La necesidad frente a la dignidad

Todos tenemos etapas de la vida en las que no nos va muy bien. Puede ser en la salud, en el trabajo, en la familia. Sin embargo, esto no significa que por estar en una mala situación, vayamos a olvidarnos de que como seres humanos tenemos derechos, de que tenemos deberes como personas y que por encima de todo, estamos en el mundo para ser felices.

 Es una cualidad, una calificación de sí mismo ante la sociedad, que hace valer a cada uno como persona, diferente y respetado como ser humano entre los demás seres humanos, quien tiene dignidad se comporta con responsabilidad, actúa con seriedad y antepone el respeto hacia sí mismo y hacia los demás en cada una de sus acciones y no deja que lo humillen ni degraden sin razón. Jesús dijo: “quien se humilla, será enaltecido”. Pero no quiere decir esto último, que dejaremos a un lado la dignidad y permitiremos abusos de los demás. Exige respeto y respétate a ti mismo, como respetaras a los demás, tu derecho inicia donde termina el ajeno. El derecho ajeno, no priva del propio y el respetar a los demás, no te resta dignidad.

 

Aprende sobre lo que te priva de la dignidad

Hay quienes piensan que perdonar es permitir y aguantar, pero resulta que perdonar es reconocer y olvidar el error del otro, perdonarse a sí mismo es reconocer el equívoco propio y proponerse cambiar. Pero perdonar también es visto como un golpe bajo a la dignidad, sin embargo, se trata de imponer nuevas reglas cuando se perdona, justamente para no recibir humillaciones. La primera vez que me falles será tu culpa, la segunda vez y todas las subsiguientes, será mía. Quien falla es humano, pero cuando la falla se repite, algo en ese ser humano está mal; pero lo que está mal en quien lo permite es la dignidad, especialmente si la falla le lastima, humilla, destruye.

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