Mucha gente agobiada por el ruido externo se pregunta para qué sirve la Filosofía, y la respuesta es conocida desde siempre y está en infinidad de libros. No obstante la facilidad para encontrar información sobre las preguntas existenciales se ve obstaculizada por la visión lineal, limitada y materialista de nuestra mente presa de nuestros desbocados sentidos.
En muchos textos se encontrará lo que dice Platón al respecto. Así pues, digamos que en la Grecia Clásica, Platón representó «la alegoría de las cavernas» en uno de sus libros y según ese ejemplo; Platón imagina unos prisioneros atados de los pies a las paredes de una caverna oscura que no pueden percibir directamente la luz del sol sino solamente sombras que proyectan las ondas luminosas a través de la entrada de la caverna.
Esta magnífica alegoría es la representación del estilo de vida instintiva de la mayoría de la gente en este mundo visible y contingente, cuyas almas al encarnarse en el cuerpo quedaron prisioneras de los sentidos, de los instintos y de las pasiones inferiores.
Así pues la misión de la filosofía, es la purificación de las almas de los «prisioneros de las cavernas» (lamentablemente la mayoría de los seres humanos). La labor de la filosofía, su tarea, es activar mediante el conocimiento y la reflexión, las potencias racionales del alma humana.
Con ello se puede lograr la conversión de las personas, es decir, superar la vida instintiva y encaminarlos a un estilo de vida racional en el cual se identifiquen principalmente lo que es el autodominio y la autoconciencia.
MARDAM