LA VERDADERA SEGURIDAD


Tengamos claro que la verdadera seguridad es algo espiritual y no material. Cuando adoptamos el tipo de seguridad que tiene que ver con el conocimiento interior, con la satisfacción de sentirnos valiosos, con el sentir a Dios como nuestro guía interior, es cuando estamos entonces ante la autentica seguridad. Es autentica porque nada ni nadie nos la va a quitar, porque somos seres espirituales, y en ese ámbito no caben susceptibilidades externas.

 

 


Es cierto, en cambio, que en el mundo actual predomina una “falsa seguridad”, es la que tienen los seres no espirituales, es una “seguridad” que tiene que ver con la dependencia. Esta dependencia puede ser por distintas circunstancias; la apariencia física, la riqueza, la posición social, y también la experiencia. Pero es sin embargo, la apariencia física la más falsa de todas las condiciones de seguridad.


Mucha gente, nace y se desarrolla con una confianza que no ha venido de su fuero interno, sino de un concepto externo como lo son los parámetros de belleza que establece la sociedad. En realidad parámetros que vienen desde los tiempos más remotos, quizás hayan sido los romanos, quizás los egipcios; en realidad saber quién invento esos parámetros no tiene trascendencia, lo que si se debe resaltar y recordar es que esos criterios no fueron establecidos precisamente por las personas más sensatas e inteligentes de la humanidad, sino todo lo contrario, esos estereotipos fueron creados por las personas injustas .

 

Pero allí está toda esa información es nuestra herencia genetica y maligna del pasado. Aun cuando la información ya está en los genes, es en el desarrollo de niño a adolescente, y con más fuerza de adolescente a adulto en que la persona se va haciendo cada vez más consciente del papel que le tocará desarrollar en la sociedad según sus “atributos” físicos. Entonces según ello se enfocará agraciado o no, y de su medición en dichos parámetros tomará referencia de su nivel de confianza que moldeará su autoestima. Entonces dicha confianza se incrementará o reducirá también en relación directa con lo que los demás también piensen de él. Es decir según se le aprecie por su estatura, la simetría del rostro, sus ojos, su nariz, su cuerpo,cada quien se hará un balance de que parte de su cuerpo o rostro sale aprobado y si el balance es cuantitativa y cualitativamente alto en el parámetro; pues la autoestima es alta como en el caso de las modelos o artistas, de lo contrario el autoestima será menor.


Sobre esa base está claro que ceñirse a los parámetros de la sociedad revela una falsa seguridad, porque se parte de una confianza que no es nuestra, que es externa a lo largo de nuestra vida. Y justamente por no ser algo interior, por ser algo de lo que no somos dueños, es también fácil perderla. El pasar de los años va agrietando esa belleza de la cual muchos se jactan y no hay cirugias que puedan esconder tal proceso.


Y es que realmente no se puede ser realmente feliz cuando se tiene apego por el “yo físico”, porque es nuestra identificación con el “yo espiritual” lo que nos da una auténtica seguridad y felicidad.


Los jóvenes que se sienten “bellos” se vuelven viejos y pierden digamos esa “belleza”, los ricos pueden volverse pobres, pueden enfermarse, y el dinero o la posición social de nada les va a servir. Lo único que nos puede dar esperanza de “algo” mejor en la vida es tener esa confianza que proviene del interior. Cuando se tiene aquella que si que es invulnerable al paso del tiempo, se es independiente mentalmente, se está libre de ataduras del esquema mental de la sociedad, es una libertad genuina que desemboca en una autentica seguridad, tanto así que hasta el reto de la muerte puede parecer estimulante.

MARDAM

http://mentefilosofica.blogspot.com

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Comentarios: 2
  • #1

    Walter barzola (viernes, 19 abril 2013 12:28)

    muchas cosas pueden suceder en la vida de una persona, quedarse en la calle, no tener nada y no saber a donde ir, o como seguir viviendo, Despues uno busca la manera facil, y despues de eso busca la verdadera que es el buscar a Dios. Uno ya paso los 50 no es bello, no tiene dinero, ni tiene el amor, pero si tiene la certeza de encontrar la senda que Dios nos ha encaminado.

  • #2

    webmaster (viernes, 15 mayo 2015 16:26)

    Hermosa reflexión Walter, gracias por compartirla con nosotros, éxitos!